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¿Qué es la gestión del riesgo? ¿Cuánto invertir en cada operación? A la hora de abrir una posición en el Mercado Financiero


¿Qué es la gestión del riesgo? 

El mundo de Internet está lleno de empresas y de personas que nos dicen qué comprar y vender y cuándo hacerlo, pero nunca nos dicen qué cantidad invertir. 

Los humanos somos egoístas por naturaleza y esa virtud también queda reflejada a la hora de intervenir en los mercados: a medida que vamos ganando con nuestras operaciones, solemos ir asumiendo riesgos cada vez mayores, lo cual es una estrategia errónea que siempre acaba arruinándolos.

Por lo tanto, la gestión del dinero es esencial y su fundamento radica en hacernos sobrevivir en caso de una racha nefasta y continuada en nuestra operativa en los mercados. 

Realmente, ni el análisis fundamental ni el análisis técnico nos ofrecen por sí mismos una respuesta pero, sin embargo, de una forma intuitiva, es fácil aceptar la tesis de que invertir todo el dinero en un única operación en un activo financiero es más arriesgado que el repartirlo entre varios activos distintos.

Si algo va mal y estamos totalmente invertidos en ese único activo, nuestro riesgo es quedarnos sin dinero para tomar posiciones en una nueva operación.

De ahí que la conservación del capital es el primer objetivo de la inversión, mientras que el crecimiento del capital es simplemente el segundo objetivo.

El control del riesgo, por lo tanto, debe basarse en un sistema de activación sistemática de stops de pérdidas y de mecanismos para poder evaluar la cantidad óptima a destinar a cada operación planteada, según las características del activo financiero, del mercado y de la forma de operar del trader. 

Sólo de esta manera podremos evitar con mayor éxito el peligro de llevar nuestra cuenta de valores a la bancarrota y, lo que es peor, sentir la necesidad de reunir nuevo capital para poder regresar a los mercados a recuperar los perdido, lo que nos otorga todos los boletos para quemar nuestro dinero a muchas más velocidad que lo hicimos con anterioridad. 

En definitiva, tenemos que tratar nuestro plan de trading online como lo que queremos que sea: nuestra herramienta necesaria para ganarnos la vida en los mercados financieros.

Para ello, expondremos una serie de conceptos y reglas que deben tenerse muy en cuenta. 

De seguirlos con disciplina depende nuestro éxito.



¿Cuánto invertir  en cada operación?

Para empezar, nunca debe invertirse todo el capital disponible de forma simultánea en un conjunto de operaciones, ni que decir tiene que menos aún en una única operación en un valor concreto. 

El porcentaje de la inversión en un activo financiero va a depender de variables tan dispares como la necesidad de vivir de las plusvalías que generemos, de la filosofía de nuestra forma de operar, del rendimiento concreto del producto financiero elegido y de la situación de los mercados en general.

Por ejemplo, si disponemos de un importe inicial, o de una cartera ya creada, de 30.000 euros, no podemos tenerla toda invertida, necesitamos dejar un remanente que nos cubra nuestro sueldo en caso de una concatenación de condiciones adversas que nos lleven al salto sistemático de cierres de posiciones con pérdidas. 

Es lo que se denomina drawdown. 

Además, si de verdad vamos a plantearnos vivir profesionalmente de los mercados, debemos de tener muy en cuenta el capital de que disponemos a la hora de adjudicarnos nuestro salario como trader, ya que, en caso contrario, corremos el riesgo de caer en la dinámica de operar pensando en la necesidad de obtener siempre beneficios . Y eso podría acarrear que fuéramos asumiendo estrategias que cada vez estuviesen expuestas a un mayor nivel de riesgos, lo que nos llevará irremediablemente al fracaso.









De esta forma, es necesario encontrar un equilibrio entre nuestro sueldo mensual, la media de rentabilidad neta de nuestras operaciones en los mercados y el capital disponible.

A modo de ejemplo, podríamos partir de la premisa que para un sueldo de 2 .000 euros mensuales, si somos capaces de mantener en el tiempo una rentabilidad media neta del uno por ciento semanal, tendremos que trabajar con un capital nunca inferior a 50 .000 euros.

Todo lo que sea enfrentarse a los mercados con un capital superior a esos 50.000 euros nos ayudará, puesto que nos quitará ese estrés adicional de pensar que tenemos la necesidad de ganar sistemáticamente un mínimo del uno por ciento de media a la semana.

Otra máxima que jamás debemos quebrar es que bajo ningún concepto debemos tener expuesto en una única operación y activo más del 15 por ciento de nuestro capital global. Además, antes de abrir una posición debemos tener cuál es el capital máximo que podemos perder, lo que vendrá determinado por la distancia del stop de pérdidas. 

También será de gran ayuda tener siempre presente cuál es estadísticamente nuestro índice de aciertos/fracasos, el que vamos registrando a lo largo de nuestra aventura por las  sucesivas operaciones. 

A modo de guía, podríamos utilizar la siguiente fórmula para adjudicar el importe correcto a una operación a la hora de abrir una posición en el mercado de valores: 

NÚMERO DE ACCIONES = ((CD x NR x TP) / (PE – SP)) / PE 

Donde:

-  CD es la Cantidad Disponible en liquidez de nuestra cartera, -  NR es nuestro Nivel de Riesgo, aquel en el que nos encontramos cómodos y que tomará los valores de dos por ciento si somos conservadores, tres por ciento para operadores moderados, cuatro por ciento si tenemos un perfil agresivo o del cinco por ciento si nuestro perfil es el más arriesgado.

-  TP es el Tipo de Cambio EUR/USD (euro/dólar), puesto que vamos a trabajar con acciones denominadas en dólares estadounidenses. En caso de hacerlo en otra divisa utilizaremos la tasa de cambio correspondiente (EUR/divisa X) o simplemente eliminamos dicha variable si lo que estamos calculando es el importe a tomar en un valor denominado en euros,  

-  SP es el nivel del Stop de Pérdidas que hayamos fijado para la operación. 

- PE es el Precio de Entrada en el activo.
De esta forma, si tenemos 50.000 euros en liquidez y estamos pensando en comprar acciones de Apple (AAPL) a 420 dólares, colocando un stop de pérdidas en 405, con un perfil de riesgo muy elevado y con un tipo de cambio EUR/USD de 1,2980, entonces el número de títulos máximo que deberíamos comprar sería de 
24 acciones:



Si lo que queremos es acometer una operación en el mercado de derivados, entonces la cantidad a destinar a una operación concreta la calcularemos con la siguiente fórmula: 

NÚM. CONTRATOS MÁXIMOS = (CD x TC) / GD + ((PE – SP + DD + MHD) x FM)

Donde:
- CD es la Cantidad Disponible en liquidez de nuestra cartera, 
- TC es el Tipo de Cambio del EUR/USD, puesto que vamos a trabajar con contratos derivados denominados en dólares estadounidenses. En caso de hacerlo en otra divisa utilizaremos la tasa de cambio correspondiente (EUR/divisa X), o simplemente eliminamos dicha variable si vamos a trabajar con contratos derivados denominados en euros.
-  GD es la Garantía Diaria que nos exige nuestro bróker para poder mantener la operación abierta.
- PE es el Precio de Entrada en el activo.
-  SP es el nivel del Stop de Pérdidas que hayamos fijado para la operación.
-  DD es el Drawdown sufrido hasta la fecha en ese activo. 
- MHD es el Máximo Hueco Diario que haya ocurrido históricamente en dicho activo. 
- FM es el Factor Multiplicador que convierte los puntos en la divisa correspondiente. 
De esta forma, si tenemos 50.000 euros en liquidez con un tipo de cambio EUR/USD de 1,2980 y estamos pensando en trabajar con el futuro del Mini-S&P500 (ES), que tiene un factor multiplicador de 50 dólares estadounidenses el punto y que se encuentra en los 1.520 puntos, colocando un stop de pérdidas en los 1.500, las garantías que nos exige nuestro bróker son de 3.850 dólares.

Además, tenemos en nuestros registros históricos un máximo drawdown de 30 puntos y sabemos que el hueco de apertura máximo históricamente ha sido de 70 puntos.
 Entonces, el número máximo de contratos que debemos tener abiertos será de:  


La diversificación es esencial a la hora de poder distribuir nuestros riesgos globales de la cartera.

De hecho, jamás debemos tener una exposición superior al 35 por ciento en activos financieros de un mismo grupo o sector económico. Y, como es obvio, no se trata únicamente de vigilar las exposiciones a valores del mismo sector, sino que esta vigilancia se debe extender también a mercados que funcionen y se comporten de forma muy similar. 
Por ejemplo, los del oro y de la plata forman parte del grupo de mercados de metales preciosos y sus tendencias y movimientos son, generalmente, idénticos.

En sentido contrario, la diversificación puede llegar a ser una herramienta contraproducente cuando se produce de forma excesiva o no correcta. 
Por ejemplo, debemos evitar mantener posiciones largas (o cortas) en pares de divisas secundarias, es decir, aquellos pares que no incluyen al dólar estadounidense, puesto que normalmente suelen moverse al unísono en tendencias y en contra de lo que hace la divisa de Estados Unidos.

Se ha demostrado que si vamos invirtiendo de forma porcentual, nuestros resultados siempre mejoran. Al encadenar un periodo de pérdidas, como cada vez arriesgamos menos importe, podemos mantenernos a flote durante un mayor número de operaciones, además de perder menos. 

No deberíamos tomar nunca más de tres por ciento de nuestro capital a la hora de abrir una nueva posición de cara a poder luego escuchar al mercado y confirmar que nos dice que estamos en el camino correcto. 



Los brókeres que nosotros le recomendamos son XM, IQOPTION, FINMAXFXChoice

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